sábado, 9 de mayo de 2009
Papa pisó mezquita de Ammán y denunció la manipulación ideológica de religión
Ammán.- El papa Benedicto XVI denunció hoy que la manipulación ideológica de la religión, quizá por motivos políticos, es el catalizador real de las tensiones y divisiones, y a menudo de la violencia en la sociedad.
El Papa hizo esta denuncia en el discurso que pronunció en el exterior de la mezquita Al Husein Bin Tallal, de Ammán, ante el príncipe Ghazi Bin Talal, primo del rey Abdalá II de Jordania y su consejero para asuntos religiosos, los jefes religiosos musulmanes y el cuerpo diplomático.
Ghazi Bin Tal es el promotor de la carta que en octubre de 2007 enviaron a Benedicto XVI 138 sabios musulmanes, en la que afirmaron que el futuro del mundo depende de la paz entre musulmanes y cristianos.
El Papa expresó su "preocupación" por el hecho de que actualmente muchos consideran que la religión ha fracasado en su pretensión de ser constructora de unidad y de armonía y que algunos "sostienen que la religión es una causa de división en el mundo y que por ello cuanto menor atención se le de en la vida pública mejor es".
"Por supuesto que no se pueden negar las tensiones y divisiones entre los seguidores de diferentes religiones, por desgracia eso no se puede negar. Pero sin embargo también se da el caso de que muchas veces la manipulación ideológica de la religión, tal vez por motivos políticos, es el catalizador real de las tensiones y de las divisiones y a menudo de la violencia en la sociedad", afirmó el Papa.
En un país de mayoría musulmana, Benedicto XVI reiteró el derecho de la libertad religiosa, que dijo que va "más allá de la cuestiones de culto" y que incluye el derecho "especialmente para las minorías de acceso ecuánime al mercado del trabajo y a las otras esferas de la vida civil".
El príncipe Ghazi Bin Talal, calificó la visita de Benedicto XVI a la mezquita como "histórica", como un gesto de buena voluntad y respeto recíproco entre las dos más grandes religiones del planeta, a las que pertenecen, en total, el 55 por ciento de sus habitantes.
Ghazi Bin Talal subrayó que esta era la tercera vez que un Papa pisaba una mezquita (Juan Pablo II en 2001 en Damasco y Benedicto XVI en 2006 la Azul de Estambul y hoy) y dijo que era un honor para los musulmanes.
También se refirió a las palabras de pesar pronunciadas por el Papa tras el episodio de Ratisbona, en 2006.
Las relaciones entre el Vaticano y el mundo musulmán atravesaron en septiembre de 2006 unos momentos difíciles después de que Benedicto XVI pronunciara en la universidad de Ratisbona (Alemania) una lección magistral en la que hablaba de Mahoma, considerada "ofensiva" por los musulmanes y que desató las iras de los seguidores del Profeta.
El Papa citó una conversación entre el emperador bizantino Manuel II Paleólogo (1391) y un erudito persa, en la que el mandatario decía que "Mahoma no había traído nada novedoso excepto la orden de extender la fe mediante la espada".
Tras las fuertes críticas, el Vaticano se apresuró a puntualizar las palabras del Pontífice y el mismo Papa recibió a los embajadores musulmanes ante la Santa Sede a los que expresó su "estima y profundo respeto" por el Islam.
Hoy, el príncipe Ghazi dijo que aquellas palabras crearon "dolor" a los musulmanes, "que saben que nada puede en este mundo ofender al Profeta".
"Los musulmanes nos quedamos heridos. Hemos apreciado las clarificaciones del Vaticano. Ni que decir tiene que el Profeta es completamente diferente a la descripción histórica que sobre él se ha hecho en Occidente", afirmó el primo del rey Abdalá II.
Ghazi agregó que la descripción "distorsionada" la han hecho aquellos que no conocen el árabe, el Corán "o que no entienden el contexto histórico y cultural de la vida del Profeta y por tanto entienden mal sus palabras y son por desgracia los responsables de gran parte de la tensión histórica y cultural entre cristianos y musulmanes".
Benedicto XVI visitó la mezquita sin quitarse los zapatos, como es obligatorio, ya que las autoridades religiosas colocaron unas alfombras especiales para que los visitantes no tuvieran que descalzarse, precisó el portavoz vaticano, Federico Lombardi.
El Papa, según Lombardi, estaba dispuesto a hacerlo.
El Pontífice no rezó en el templo, aunque sí mantuvo un recogimiento por respeto a los musulmanes, precisó el portavoz
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